lunes, 25 de enero de 2016

Contracultura y humanismo de Ludovico Silva; uno de los intelectuales marxistas más influyentes de la Venezuela del siglo XX


Ludovico Silva fue uno de los intelectuales marxistas más influyentes de la Venezuela del siglo XX. Él recogió de la obra de Marx aquellos elementos que le permiteron enjuiciar al capitalismo desde el contexto latinoamericano, sin olvidar los errores que los pueblos de la Europa del Este cometieron en su camino al socialismo. Las ideas que guían el presente estudio recogen su postura sobre conceptos como el de ideología, plusvalía, alienación, capitalismo, iglesia, utopía, cultura, entre otros, desde los cuales procura vitalizar el marxismo fosilizado por los manuales elaborados por los intelectuales soviéticos.

Ludovico se propone demostrar la hipótesis de que el capitalismo no tiene una cultura propiamente dicha, sino una contracultura, y que lo que se llama cultura en el capitalismo no es sino ideología.

Partiendo de la definición de cultura que proporciona Samin Amin (economista egipcio): "la cultura es el modo de organización de la utilización de lo valores de uso", Ludovico se propone desarrollar la contracultura como el modo de ser propio de la cultura en el sistema de producción capitalista. El libro corre en forma de ensayo desarrollando de manera desigual al menos tres temas que pretenden demostrar la hipótesis de partida. 

El autor trata el tema de la ideología como región de lo que Marx llama metafóricamente la superestructura de la sociedad. Apoyándose en estudios propios como La plusvalía ideológica y De lo uno y de lo otro, Ludovico recoge la definición de la ideología como: "una región específica de la superestructura social, compuesta por un sistema de valores, creencias y representaciones, que tiene lugar en todas las sociedades en cuya base material exista la explotación, y que está destinada, por el mismo sistema, a preservar, justificar y ocultar en las cabezas mismas de los explotados, la explotación que tiene lugar en la estructura material de la sociedad. La ideología como región de la superestructura está  en directa conexión dinámica (como su opuesto) con la cultura.

El concepto de cultura es el tema dónde desarrolla el concepto como la región de la superestructura que se opone a la ideología. Allí Ludovico argumenta apoyándose en una parte de la tradición filosófica y cultural de occidente –teniendo como horizonte el esquema histórico antigüedad-edad media-modernidad capitalista- para mostrar como la historia  ejemplifica la oposición de la cultura (tal como la define Samir Amin) a la ideología (en su definición marxista que Ludovico rescata); y como con la constitución moderna capitalista de la sociedad Europea y su expansión mundial la ideología termina por apoderarse de toda la superestructura de la sociedad. Ludovico se apoya en la expresión poética de autores que vivieron el nacimiento del capitalismo como: Edgar Allan Poe (1809-1849), Etienne Mallarmé  (1842-1898) Honoré de Balzac (1799-1850) y Pierre Baudelaire (1821-1897) entre otros, para desplegar lo que denomina su definición provisional de la contracultura: "el modo específico del ser cultural de la sociedad capitalista, y se caracteriza por su oposición implacable a los valores de cambio en que se basa esta sociedad. Ludovico recoge la crítica de aquellos que vivieron la expansión inicial del capitalismo, algunos, desde una situación poco favorecida de pobreza y exclusión; y precisamente esta crítica al modo de vida capitalista, sus valores, y a la ideología que lo justifica y encubre es lo que el autor llama contracultura.

Ludovico finaliza reflexionando sobre la posibilidad de extender el análisis a todo el siglo XX (y no solamente el XIX como tiempo de explosión del capitalismo) y de la responsabilidad de la generaciones futuras de realizar un análisis mucho mas detallado del problema de la contracultura. El ensayo no se puede tomar simplemente como una exégesis marxista, sino como el desarrollo del pensamiento del propio Ludovico que, partiendo de los fundamentos del pensamiento de Marx, llega más allá del horizonte que este entre vio.


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